ENSAYOS PARA LA FORMULACION DE UTOPIA
Merlina Rañi
Un trazo paciente observa, investiga y ensaya varias utopías, todas las que van siendo necesarias para entender esta tecnología conceptual, imposible para los imaginarios actuales. Su construcción nos precede en eras y culturas, sin embargo es difícil desarraigarla de su profunda conexión con la modernidad, ese arquetipo de destino fatídico en el que parece culminar siempre el afán de utopizar.
Es que si revisamos el principio, tiene un rasgo de ingenuidad totalizante que lo torna incompatible con la complejidad que se propone abordar, que a partir de los sesgos culturales en los que designa conceptos como armonía, amor o justicia, siempre excluye algo.
Sin embargo, esta serie de obras dedicadas al tema de la utopía, lo hace con la voluntad de poner en relieve las formas y poderes que se manifiestan positivamente en su horizonte.
El trabajo se enmarca en una práctica que Roma Blanco viene desarrollando bajo el título de Ejercicios Alquímicos. El producto de esta práctica consiste en una serie de cartografías conceptuales trazadas por conexiones subjetivas, que tienen el objeto de armonizar opuestos, integrar lenguajes y disciplinas para experimentar formas de conocer. Se trata de componer conocimiento, de formular ideas, trayendo distintos símbolos a un mismo plano para que convivan en tiempo y espacio.
El cuerpo de obra incorpora claves que provienen de un espíritu humanista, propio de la filosofía y pensamiento modernos. Aunque las prácticas bajo las que se producen estas claves, sitúan a Ejercicios Alquímicos en la contemporaneidad: la existencia de una topografía de temas y lenguajes múltiples, la supremacía del sistema de relaciones sobre los símbolos, la necesidad de desplazamiento y contextualización de la práctica, son algunos de los rasgos de estos tiempos que podemos ver reflejados en esta búsqueda.
Son obras conceptuales con una connotación formal muy importante, en la que las operaciones que fueron activadas durante el trabajo artístico quedan plasmadas en un gesto intelectual, que es grandilocuente pero sobre todo personal e íntimo. A su vez, un gesto físico-corporal exigido pero necesariamente visceral. Un sello mágico en el que se ordenan los elementos de distintas dimensiones.
Ensayos para la formulación de Utopía se desarrolla simultáneamente en dos escenas: Ciudad de Washington y Utopías Literarias.
En la investigación sobre Washington existe una intención primordial de solapar los mapas conceptuales con un territorio, lo estrictamente ideal con el plano de lo material. La ciudad de Washington aparece como el escenario apropiado para dicha operación: una ciudad planeada, construida como la capital de un país nuevo en un “mundo nuevo”, símbolo de toda una corriente de independencia y soberanía que sentó las bases de una era.
Al observar y recorrer la ciudad con la lente de su práctica, Roma releva un campo simbólico determinado y sólido, que no solo representa un plan de urbanismo funcional y pragmático, sino los códigos de un programa de nación y una poderosa invocación, que atravesó a los cuerpos, vidas, mentes y almas de aquellos que se formaron como sus habitantes. Es la proyección de una utopía en la que se combinan de forma sofisticada política y mística, un vínculo discreto entre saberes que representa un caso de riqueza para la investigación de Roma.
El trabajo sobre Utopías Literarias aborda las características imaginarias que proponen las distintas utopías; las coincidencias y particularidades provenientes de relatos de diferentes épocas y culturas se encuentran en las obras, sin restricciones, acompañadas de símbolos, esquemas y anotaciones que Roma utiliza en su proceso de comprender y proponer hipótesis sobre estas ideas.
Centrada en el acto de formular, la serie busca el sentido intrínseco de la función como actividad que se realiza dentro de un sistema de elementos. Son acaso pistas para entender la civilización de la que somos parte, y dilucidar nuestro adiestramiento cultural, nuestra manera de concebir y conocer. Para revelar un sustrato que desde lo oculto, da estructura al conocimiento “universal”.
Los sistemas propuestos son también un motor para dibujar, un motivo para diseñar, un criterio de ubicación que termina por figurar una idea. Pero dónde lo que se busca es cargar el diseño de significado, la mística de ciencia, la matemática de arte, el gesto de lógica, para burlar cualquier dicotomía posible.